Este nuevo relato no es único, y no está suelto. Forma parte de algo llamado Sombras. Nació hace unos días a raíz de que Andrea Neptune me preguntara si quería escribir algo con ella. La respuesta fue un sí, obviamente, y después de eso llegó la idea. De momento hemos escrito dos relatos de Sombras, ella uno y yo otro. Es probable que esto sea una serie de relatos cortos, pero todavía no estamos seguras.
Ambos relatos, titulados como Grietas, están narrados en tercera persona, desde las perspectivas de dos personajes diferentes: Adrien y Bird. Cuando leáis veréis la relación que hay entre estos personajes y demás. No es necesario leer ambos relatos para comprender lo que ocurre, pero sí es muy aconsejable para enterarse de todo lo que estamos contando. Los relatos no llevan orden, simplemente están relacionados y la acción ocurre en la misma noche.
En el caso de que publicáramos más relatos sobre Sombras no estarían relacionados con los personajes de Grietas, serían completamente independientes. Al menos de momento.
Dicho esto, esperamos que os guste esta idea tanto como a nosotras.
Gracias por todo :3
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La
había estado observando toda la noche, mirando cómo se iba con
otros tipos, cómo lo dejaba plantado y en ridículo. Hasta ese
momento no se había dado cuenta de lo idiota que era. De lo idiota
que era a los ojos de las demás personas. Pero aquello había sido
la gota que colmaba todos esos vasos que habían estado resistiendo
hasta el momento. Le dio un largo trago a su vaso y lo dejó con un
golpe seco sobre la barra, quedando silenciado por la fuerte música.
Pensó qué decir o hacer. Ella siempre había sido la que tuviera la
última palabra, la que siempre sabía qué hacer, cómo hacerle
callar o conseguir lo que deseaba. Pero se había terminado. La
quería, pero hasta ese momento no se había dado cuenta que las
cosas debían tener un límite.
—Deja
de quejarte y escúchame, joder —dijo tras haberla llevado casi a
rastras a un lugar apartado del local.
—¿Quién
te crees que eres para hablarme así? —le respondió Bird,
hinchando el pecho, como un animal dispuesto a atacar si era
necesario—. Eres un idiota. —La chica hizo amago de marcharse con
la dignidad bien alta, pero Adrien la tomó del brazo con fuerza.
—Tienes
razón, como es normal —dijo con un tono amargo y lleno de rabia.
La chica le miró a los ojos, intentando asustarlo como solo ella
sabía—. Estoy más que harto, Bird. ¿Crees que puedes venir aquí
y pavonearte delante de todos los tíos esperando que no diga nada?
Esto debería haberlo hecho hace mucho tiempo.
—¿Ahora
no puedo ni divertirme un poco?
—Se
acabó —le cortó el muchacho, no queriendo volver a escuchar sus
llantos falsos, no esa vez—. Hemos terminado. —Adrien dejó las
palabras flotando en el aire mientras golpeaban a la muchacha una y
otra vez. Ahí, donde más le dolía. Bird lo persiguió por el local
tras despertar del shock.
—¿Cómo
que me dejas? Esto no se termina hasta que yo lo diga.
—Asúmelo
de una vez, Bird —le respondió el muchacho agitando su brazo para
apartar la mano de la chica de él—. Esta vez te ha tocado perder.
Quizás deberías aprender a dejar de ser una niñata caprichosa.
Adrien
se giró y pidió otra copa al camarero. Notaba que la chica estaba
detrás de él empezando a echar humo. Podía oler cómo su orgullo
se había quemado más que nunca, apestaba. Se preparó para otra
tanda de gritos bajo la fuerte música y golpes, pero no pasó nada,
pues cuando se volvió a girar vio como Bird iba a paso rápido por
el local, empujando a todo el que se cruzaba en su camino hasta salir
de allí. Cuando volvió a mirar hacia la barra tomó el chupito
entre sus manos y de un trago el líquido desapareció.
Ahora,
sin embargo, camina por las frías calles, bajo la luz de la luna
llena y dando cabezazos en el aire. No está borracho, o eso se
quiere hacer creer. Sabe dónde está, quién es, cómo se llama y
dónde vive. Pero eso no quita que todo le dé vueltas y las náuseas
estén en las puertas de su boca. Decide apoyarse sobre una pared y
su cabeza acaba golpeando el muro. Se deja escurrir, poco a poco,
hasta sentarse en el sucio suelo. Intenta repasar lo que ha ocurrido
esa noche de nuevo. ¿En serio que ha sido capaz de plantarle cara?
En su momento fue emocionante, se sintió bien consigo mismo. Pero
ahora... ahora está tirado en medio de una calle mugrienta. ¿Cómo
se puede llegar a depender tanto de una persona, aunque ésta no te
aporte nada bueno? Siempre supo que Bird era diferente, puede que
demasiado. Y pensar que era dos años mayor que ella. Lo había usado
como un muñeco al que tiraba cuando cogía otro más nuevo. Es una
niña a la que siempre le han consentido todo. Lo único de lo que
tiene culpa él ha sido de haberse enamorado de esa manera tan
estúpida de la muchacha.
Se
vuelve a levantar, intentando que su dignidad le acompañe. Entonces,
Adrien se gira de golpe y mira tras él. Se queda mirando el vacío y
el silencio de la noche. Sus ojos se mueven en todas direcciones.
Juraría... Se frota los ojos y sigue caminando. El alcohol nunca le
ha hecho nada bueno. Se mete las manos en los bolsillos de los
pantalones y sigue caminando encorvando, haciendo que la luz de las
farolas forme una sombra deforme en las paredes. Su oído cree captar
algo de nuevo. Se frena de golpe e intenta escuchar los pasos. Pero
se da cuenta que ese sonido no son pasos de una persona, ¿un animal
quizás? Se da la vuelta despacio, con el corazón a toda máquina.
Suspira aliviado cuando no ve nada. No sabe qué es lo que sus
sentidos están sintiendo, pero prefiere salir de allí cuanto antes.
Su paso se va acelerando junto al ritmo de su respiración, haciendo
que en determinado momento Adrien tenga que empezar a respirar por la
boca, soltando todo el vaho. Otra vez, ese sonido. Se gira veloz y ve
una sombra extraña esconderse en un callejón. Traga saliva como
puede, con los ojos como platos y sale corriendo. ¿Le están
siguiendo? Pero, ¿quién?, ¿será algún amiguito de Bird? Corre
por las calles sin rumbo fijo esperando despistar a quien sea que le
está siguiendo. Tras girar no sabe cuántas veces se frena e intenta
recuperar el aliento. Sus manos se dirigen hacia su estómago cuando
empieza a notar fuertes pinchazos. Frente a él descubre un espejo en
lo alto de un edificio, usado en las curvas para que los coches no
choquen con otros. Y lo ve, lo vuelve a ver. Esa maldita sombra,
¿quién demonios es? Esa cosa negra sigue ahí, pero no ve a la
persona que la proyecta. Entonces la sombra desaparece, de golpe.
Inconscientemente se lleva la mano al corazón y cierra los ojos en
un intento de relajarse. Le late con tanta fuerza que casi le duele.
Abre los ojos y vuelve a mirar hacia el espejo. Nada.
Y
cuando comienza a caminar por la acera, algo a su izquierda empieza a
tomar forma y altura. La pared se pone totalmente negra mientras una
especie de criatura nace de la nada, emitiendo una especie de
gruñido. Ese era el ruido que Adrien había estado escuchado. ¿Es
eso lo que le estaba siguiendo?, ¿qué demonios es esa cosa? Empieza
a caminar lentamente hacia atrás. El corazón le va a estallar, las
manos le tiemblan y un sudor frío ha empezado a caer por su frente.
Ve cómo se forman unas garras a ambos lados de la sombra, afiladas y
largas como cuchillos. El miedo lo paraliza por completo cuando la
sombra comienza a tener volumen. Esa cosa empieza a salir de la pared
y toma cuerpo. Una cosa negra gotea de lo que podría ser su boca.
¿Desde cuándo las sombras tienen vida propia? Está borracho pero
duda mucho que eso sea causado por las copas que se ha tomado.
Entonces la bestia se lanza sobre él a la vez que abre la boca y
emite un gruñido tan potente que siente como los tímpanos está a
punto de reventar. Sin saber cómo, consigue apartarse, cayendo al
suelo. Se tapa las orejas con las manos, pero no sirve de nada. Sabe
que está apoyado en el suelo y sin embargo nota como si alguien lo
hubiera agarrado y le estuviera dando vueltas en el aire. Cuando la
bestia vuelve a gruñir y escupe ese líquido negro por la boca el
mundo de Adrien vuelve a estarse quieto, pero no parece que sea un
buen indicio. La criatura se queda quieta, mirándolo, o eso parece,
pues el chico no consigue encontrar su cara. Espera el próximo
ataque, duda mucho que esta vez pueda escapar. Entonces la criatura
parecer abrir lo que es la boca. Se forma una especie de óvalo en la
calle, parece una puerta, pero ésta lleva al vacío. No se lo piensa
dos veces, se levanta corriendo y empieza a correr por la calle. Pero
algo lo detiene de golpe. Una voz. Es dulce, pero sobre todo
conocida. Él ha estado esa noche con la voz. Se gira, esperando ver
a Bird.
Sin
embargo no la ve, solo siente que su voz sale de esa cosa negra. Y le
está llamando sin cesar. El miedo de Adrien desaparece, así como
los temblores. Siente como su corazón vuelve a tomar una velocidad
constante y pausada. Es tan cálida y agradable. Es como si le
estuviera acariciando el rostro ella misma. Le llama de nuevo, y el
chico comienza a caminar lentamente hacia el sitio. Sus ojos están
perdidos, como hipnotizados. Es tan dulce. Algo dentro de su
cabeza le está gritando que no siga la voz, que huya. Pero su cuerpo
y su corazón parecen tener otros planes mejores. Unido a la voz
melódica de Bird, la oscura forma vuelve a gruñir levemente cuando
nota al chico tan cerca. Adrien está frente a esa especie de puerta.
Sigue escuchando la voz cuando otra sombra cobra cuerpo y forma de la
nada. Parece una sombra femenina. Sí, es ella. Su corazón está tan
seguro que le obliga a seguir caminando. Estira un brazo en dirección
a Bird. Le sigue llamando, insiste en que vaya con ella. Y él no
duda en hacerle caso. La bestia negra crece de golpe y se traga al
muchacho. Antes de desaparecer bajo las sombras de los edificios
gruñe. Esta noche se ha dado un buen festín.
CLICK PARA LEER GRIETAS (BIRD)
Oño con la sombra, anda que no tenía gente a quien comerse que tenía que ir a donde este pobre... Me voy a leer el de Andrea, el tuyo mola milventicincoymedio...
ResponderEliminarBrr dios, otro relato genial dgfhgfdhh Antes de nada, tengo que defender a Adrien, porque tiene todo el derecho a cortar con Bird e.e
ResponderEliminarY ahora voy a por las sombras... Que dios, es que las escenas que os montáis tienen tela xDDD Ya se lo dije a Andrea, estas sombras me recuerdan a las sirenas que cantaban para atraer a las personas y matarlos. Pero estas sombras claramente son más espeluznantes y brrr por vuestra culpa voy a estar mucho tiempo pendiente de las sombras cuando esté andando por la calle D:
Y bueno, el relato genial :33 Me ha gustado mucho, como todo lo que escribes <3
Tenéis que seguir con más relatos como estos ¿eh? :3
Besos gigantes, María :3
Buurrrrrr. Ojalá yo supiera hacer un relato así, romper con el realismo. Porque tú, tú te pasas D: Cuando yo escribo algo así (intento, más bien), siento que son chorradas sin sentido, pero cuando leo vuestros relatos de ciencia ficción... Buurrrrrr otra vez. Al menos este tuyo es muy muy bueno.
ResponderEliminarVeamos qué tal el de Andie. (:
Pur cierto. Envidia sana que escribáis juntas. Porque yo dejé tirado nuestro proyecto de 7 minutos. ;-;
EliminarPerdóname...
No hay nada que perdonar cariño, yo también lo dejé de lado. Nos pasan muchas cosas, es culpa del mundo (?) Me gustaba mucho estar contigo, pero si te soy sincera los relatos de ese tipo no me animaron demasiado, quiero decir no son mi tipo de relatos preferidos.
EliminarNo pasa nada, podías haberlo dicho y ya :3 Yo aún estoy buscando mi "tipo" de relatos... En cuanto lo encuentre me gustaría hacer algo contigo, lo que sea. Aunque el mundo se oponga (?)
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